OJ Inspiration: François Cevert, piloto "pintón" con talento
Existen pilotos que a pesar de ser “pintones” tienen talento. François tenía mucho de los dos.
Antes de James Hunt, la Fórmula 1 tuvo en sus filas a François Cevert, un verdadero Playboy de la categoría. Su vida iba encaminada hacia la música - gran pianista capaz de escribir y componer grandes piezas musicales. No obstante, el destino le tenía preparado otro camino.
Jean Pierre Beltoise, marido de su hermana, le contagio la fiebre por la velocidad. Ya a los 16 años, François, se animaba a los volantes de algún Kart prestado por las calles de París, jurándole a su hermana, que algún día sería campeón mundial de Fórmula 1.
En 1969 François, recayó en la Fórmula 2. Ese mismo año la categoría compartió escenario en más de una oportunidad con su hermana mayor, la Fórmula 1. Fue durante una de estas carreras dónde Cevert le planteo una dura pelea a Jackie Stewart, campeón reinante de la máxima en aquel momento y piloto principal de la escudería Tyrell.
¿Resultado? Cevert, recomendado por Jackie Stewart, fichó por Tyrell y vivió tres años de aprendizaje al lado de este inigualable maestro.
La fiesta final iba a ser en el circuito de Watkins Glen ubicado en New York City. Ese día Jackie Stewart alcanzaría sus 100 grandes premios y se retiraría para siempre y dejaría paso a Cevert como promesa futura de la fórmula 1 del momento.
Jackie dejaría ganar a Cevert … “Es como si le pasara la antorcha a mi hermano pequeño…” decía.
Pero el 6 de octubre llego la tragedia. En los clasificatorios previos a la carrera, François Cevert salió a pista y ataco a fondo para lograr el mejor tiempo, consciente de que la pole le podría ayudarle a conseguir la victoria...
La tarde estaba terminando en el circuito de New York. Los clasificatorios llegaban a su fin y los últimos pilotos se retiraban a sus bases para descansar y comer algo. De repente se escucha un golpe feroz que quiebra el sosiego de la tarde: “Es Cevert, mierda es Cevert” … “Es grave, muy grave”.
Stewart corrió al lugar del accidente. “Llegué y me quedé paralizado por el horror, había humo y vapor por todas partes… y allí, todavía atrapado por el cinturón de seguridad, estaba mi compañero de equipo, mi protegido, mi amigo, mi hermano pequeño... Estaba muerto”.
Los dioses que tantos dones le prodigaron tenían preparado para François Cervera un singular destino aquel 7 de octubre de 1973. Al año siguiente, el apolo de profundos ojos azules hubiera cumplido treinta años.
François, como fuente de inspiración para nosotros, – de ahí nuestra colección de camisas con su nombre (https://oldjeffrey.com/search?q=cevert) – siempre repitió la misma frase:
“Disfruto con todos los momentos de mi vida, es casi increíble. Hay muy pocas cosas de las que debo hacer que no me gusten. De momento, soy el hombre más feliz del mundo”